sábado, 23 de enero de 2010

Amigas...!♥

Bueno y hablando un poco mas sobre Marie Antoinette, hoy voy a tomar el tema de las amigas de la Reina de Francia! Fueron dos sus mejores amigas; una la indujo a una vida tranquila y madura y la otra... bueno a la ruina total...
La buena y la mala, pero ambas amadas por su reina!
La princesa buena y querida por Marie Antoinette fue Maria Teresa Luisa de Saboya-Carignan (Princesa de Lamballe). Fue una aristócrata francesa, perteneciente a la Casa de Saboya por nacimiento, y a la Casa de Borbón por matrimonio. Ostentó el tratamiento de Su Alteza Serena.
En 1770 el Delfín Luis, futuro Luis XVI, contrajo matrimonio con la archiduquesa María Antonieta, ocasión en la que ambas damas se conocieron. A partir de 1771 la princesa realizó frecuentes visitas a la Corte y se aproximó a la Delfina, que vio en ella una amiga segura y sincera. Cuando María Antonieta accedió al trono en 1774, siguió manteniendo su amistad con la princesa de Lamballe y los rumores de una relación lésbica empezaron a enturbiar su amistad. Mientras, la princesa siguió conservando su carácter piadoso y recogido y la reina fue volviéndose cada vez más frívola. En 1775 la reina ofreció a su "amiga del alma" el cargo de superintendente de su palacio, lo que significaba que debía planificar las diversiones de la reina, pero ésta enseguida se dio cuenta de que la princesa era excesivamente formal y se aburría...

Y es aqui cuando entra la mala...Yolande Martine Gabrielle de Polastron (Mme. Polignac) condesa y duquesa! María Antonieta prefirió la insolencia y el descaro de Mme. de Polignac. Pese a que la reina abandonó a la princesa, ésta no llegó a olvidarla entendiendo, durante un tiempo, sería la condesa de Polignac la que ocupase su lugar de amiga devota. Para llenar su tiempo, la princesa se fue al campo y allí reemprendió sus actividades caritativas e ingresó en la Francmasonería. En 1781 fue nombrada directora de todas las logias escocesas regulares de Francia. En 1789 la Revolución gravitaba ya sobre Francia y la reina empiezó a tomar conciencia de sus equivocaciones. María Antonieta se volvió más prudente y se acercó de nuevo a la princesa de Lamballe, aproximación tan asidua que, la condesa de Polignac, abandonó Versalles y a la reina...que amiguita la condesa de Polignac...!!!
En octubre de 1789 la familia real retornó a París y la princesa se fue con ellos a la residencia de las Tullerías. La princesa de Lamballe fue una de las últimas personas con las que la reina pudo contar y su amistad se volvió más íntima. En 1791 la reina informó a la princesa de su proyecto de huir de Francia. La Familia Real fue detenida en Varennes. La princesa consiguió salir de Francia y se refugió en Inglaterra. Durante ese tiempo ambas intercambiaban abundante correspondencia en la que la reina le demostraba sus sentimientos: "Tengo necesidad de vuestra tierna amistad, la mía os la demostraré cuando os vea", escribió María Antonieta en junio de 1791.
A finales de ese mismo año la reina suplicaba a la princesa que no regresase a París, pero ésta, preocupada por la suerte de la reina, dejó Inglaterra y volvió a las Tullerías. El 10 de agosto de 1792 la muchedumbre invadió el palacio y la princesa, siguiendo a la Familia Real, se refugió en la Asamblea Nacional. Allí se produjo el destronamiento de los reyes y se decidió conducirlos al Temple, siendo arrestada también la princesa. Diez días más tarde separaron a cuantos no pertenecen a la Familia Real y las dos amigas tuvieron que despedirse. La princesa fue conducida a la prisión de la Forcé. El 2 y 3 de septiembre de 1792 la muchedumbre asaltó las prisiones y la princesa fue una de las víctimas de las llamadas matanzas de septiembre. Sus verdugos se encarnizaron con su cuerpo y con la imagen que representaba. La princesa fue decapitada y su cuerpo fue sometido a las vejaciones más bajas que se puedan imaginar, incluso canibalismo; muchos mojaron el pan en la sangre de la princesa antes de comérselo, otros utilizaron su piel, otros descuartizaron el cadáver que fue primero arrastrado hasta le Palais Royal, residencia de la dama de Orleans. Su cabeza fue peinada y maquillada antes de ponerla en la punta de una pica que, a continuación, pasearon ante las ventanas de la prisión tras las que se encontraba María Antonieta. La Reina no llegó a verlo pero, sorprendida por el vocerío, preguntó a su carcelero qué estaba acurriendo, a lo que éste respondió: "es la cabeza de Mme. Lamballe que han querido venir a mostraros". María Antonieta, al conocer esta noticia, se desplomó, hecho sobre el que años después su hija diría: "Fue la primera vez que vi a mi madre perder sus fuerzas." La princesa de Lamballe fue una amiga fiel hasta el final, a pesar de las catastróficas consecuencias de sus actos.
Mientras tanto Gabrielle desarrolló cáncer mientras vivía en Suiza, aunque había estado mal de salud por varios años. Murió en diciembre de 1793, poco después de oír hablar de la ejecución de María Antonieta.

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